
La ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, vive momentos de angustia y desesperación mientras el principal hospital de la zona, el Hospital Nasser, es evacuado en medio de intensos combates. Las imágenes compartidas por médicos muestran a palestinos cargando sus pertenencias y abandonando el centro médico, que ha quedado aislado y ha sido escenario de trágicos sucesos en las últimas semanas.
La guerra entre Israel y Hamás, que ya lleva cinco meses, ha dejado un saldo devastador en el sector sanitario de Gaza, con menos de la mitad de los hospitales funcionando de manera parcial. Los ataques aéreos diarios han cobrado la vida de decenas de personas y han dejado a muchas más heridas, mientras Israel acusa a los insurgentes de utilizar edificios civiles, incluidos hospitales, como escudos humanos.
El hospital Nasser se encuentra bajo una arrolladora ofensiva terrestre por parte de Israel, que se espera se extienda pronto a la ciudad de Rafah, al sur de Gaza. La situación es crítica para los más de 1.4 millones de habitantes de Gaza, muchos de los cuales se encuentran hacinados en asentamientos de tiendas de campaña y refugios desbordados.
Mientras tanto, en el norte de Israel, un ataque con cohetes ha dejado al menos ocho heridos y una mujer fallecida en la localidad de Sahed. Las tensiones también se intensifican en la frontera con Líbano, donde Israel ha respondido con incursiones aéreas tras enfrentamientos con la milicia libanesa Hezbollah, aliada de Hamás.
La evacuación del hospital Nasser ha sido una operación compleja, con el ejército israelí abriendo una ruta segura para la salida de civiles mientras los médicos y pacientes permanecen en el lugar. Sin embargo, los desafíos persisten, con informes de francotiradores israelíes impidiendo el acceso al centro médico en ocasiones anteriores y causando la muerte de varias personas en el interior del complejo.
La guerra en Gaza ha dejado un panorama desolador, con miles de heridos necesitando atención médica urgente y un alto porcentaje de la población desplazada y sin acceso a alimentos básicos. Estados Unidos, junto con Qatar y Egipto, trabaja en negociaciones para lograr un alto el fuego y la liberación de los rehenes restantes, en un intento por poner fin a la escalada de violencia en la región.