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Viviendo con Esperanza

Familia Dominicana Afronta Desafíos en la Víspera de Navidad

En el corazón de Chumplun, una barriada de Manoguayabo, la familia de Andreina de León, de 33 años, enfrenta la cruda realidad de vivir al borde de una cañada en un espacio de menos de 80 metros cuadrados, casi a la intemperie y sin decoraciones vistosas. La falta de recursos y las luchas diarias por sobrevivir marcan su día a día.

La casa, construida con palos de madera, cartón y zinc, muestra una mezcla de sala, cocina y baño en condiciones precarias. La humedad y la falta de una puerta completan el panorama desafiante de esta familia. Los niños, a pesar de las dificultades, encuentran en los pequeños agujeros del techo su propia decoración festiva.

La situación se complica aún más debido a la enfermedad de Wilder, de dos años, quien sufre de cardiopatía congénita, diabetes y falcemia. El bebé sigue un tratamiento riguroso y una dieta especial, pero la falta de recursos dificulta su atención médica adecuada.

La vivienda, afectada por las lluvias recientes, ha dejado a la familia sin pertenencias y con condiciones inhabitables. A pesar de estas adversidades, Andreina mantiene la esperanza para que, al menos, sus hijos puedan disfrutar de un momento de alegría en la víspera de Navidad.

La falta de uniformes ha impedido que algunos de los niños asistan a la escuela, y aunque Andreina emigró con la esperanza de trabajar y estudiar, las condiciones de su hijo más pequeño la han llevado a dedicarse a su cuidado y al de sus otros cuatro hermanitos.

A pesar de las dificultades, la familia se mantiene unida. Fabio, esposo de Andreina, expresó su felicidad por tener a todos juntos, destacando que, a pesar de las carencias, la unión familiar es su fortaleza. A través de la venta de helados y con la ayuda de la comunidad, la familia busca superar las adversidades y crear un ambiente de amor en medio de la adversidad.

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