
En el Gran Santo Domingo, la ocupación ilegal de espacios públicos por negocios informales ha generado un caos en las principales áreas urbanas. Vendedores ambulantes que ofrecen comida, ropa y otros artículos han convertido las aceras en lugares intransitables, afectando la movilidad peatonal.
En sectores como Villa Juana, la acumulación de basura se mezcla con los puestos de comida rápida y vendedores de ropa, creando un entorno desordenado. La situación se repite en Villa María, donde maniquíes y carpas de tiendas ocupan las calles y aceras, afectando la estética del lugar.
La avenida Juan Pablo Duarte también experimenta invasiones de vendedores, tanto dominicanos como haitianos, que han extendido sus actividades a las calles. A pesar de las quejas de los residentes, la ocupación ilegal persiste, generando desperdicios que contribuyen a la contaminación del entorno.
En Villa Fontana, una gomera ocupa una esquina completa, mientras que en Barrio Enriquillo, los vehículos invaden las aceras, dificultando el paso peatonal. La situación se agrava en el Kilómetro 9 de la autopista Duarte, donde la acumulación de basura ha causado taponamientos en los desagües, aumentando los riesgos para la salud pública.
Los ciudadanos se ven obligados a sortear estos obstáculos, corriendo riesgos al cruzar calles congestionadas. La falta de medidas por parte de las autoridades locales contribuye a un escenario de desorden y caos urbano, afectando la calidad de vida de los residentes.