
A pesar de la tragedia de Chiapas que enlutó a familias banilejas hace dos años, la migración ilegal desde Baní hacia Estados Unidos ha experimentado un notable aumento. Cientos de personas emprenden cada mes la «vuelta a México» a través de nuevas rutas, modalidades sorprendentes y costos variables.
La tragedia de Chiapas, que dejó nueve víctimas mortales y dos heridos, no ha disuadido a los habitantes de Baní de buscar el «sueño americano». Aún se viven momentos de luto, con familias que lloran a sus seres queridos en cementerios locales.
A pesar de las secuelas emocionales y económicas, la migración ilegal persiste, afectando a comunidades enteras. La juventud de Villa Fundación, Sabana Buey, Arroyo Hondo, Matanzas y otras localidades rurales abandona las escuelas y sus hogares en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos.
La directora de la Junta Distrital del Limonal, Confesor González, revela que más de 1,500 jóvenes han abandonado su comunidad en busca del sueño americano. La fiebre por salir del país también se observa en barrios de la ciudad de Baní, como Santa Rosa, Pueblo Nuevo, El Fundo, entre otros, que experimentan una notable disminución de población.
Según testimonios recientes, se estima que más de 15 a 20 grupos, cada uno conformado por 30 a 40 personas, salen de Baní semanalmente. Esta migración masiva ha llevado a la escasez de empleados en diversas empresas y puestos de trabajo locales.
La nueva modalidad de viaje incluye opciones con y sin entrega. Aquellos que optan por la entrega se someten a un control migratorio en la frontera entre México y Estados Unidos, logrando llegar al territorio estadounidense en 8 a 13 días. La migración sin entrega sigue las rutas tradicionales, atravesando bosques peligrosos y enfrentando riesgos considerables.
Las nuevas prácticas incluyen expedientes de violencia doméstica creados por algunas mujeres antes de salir, con el objetivo de ser acogidas más rápidamente en los programas humanitarios de Estados Unidos.
A pesar de los riesgos y desafíos, la «vuelta a México» desde Baní no muestra signos de disminuir, y la multiplicación de viajes ilegales sigue siendo una tendencia preocupante en la región.