
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, pronunció un enérgico discurso durante la 78va Asamblea General de las Naciones Unidas, abogando por la construcción de un canal de agua en el río Masacre por parte de Haití. Su declaración sorprendió, ya que contrastó con las afirmaciones previas del presidente dominicano, Luis Abinader, quien había calificado la obra como una «iniciativa privada».
Henry instó a que la República Dominicana respetara el Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje de 1929, así como la declaración conjunta de 2021, en la cual el Gobierno dominicano reconocía que la construcción del canal no suponía un desvío del caudal del río. Además, destacó que Haití eligió el camino del diálogo para resolver las diferencias con su vecino, enfatizando que el río Masacre había sido una fuente de conflicto entre ambos países y que la historia les pedía no avivar viejas heridas ni crear nuevas tensiones.
«El pueblo de Haití opta por la vía del diálogo y la negociación para resolver de manera pacífica las diferencias, respetando los acuerdos firmados en 1929 y 2021», declaró Henry, subrayando la importancia de evitar la violencia en las relaciones con un país vecino y sus consecuencias amargas transmitidas de generación en generación.
Por su parte, el Gobierno dominicano, que cerró temporalmente la frontera con Haití el 15 de septiembre, suspendió visados y prohibió la entrada al país de nueve haitianos a quienes identificó como «financiadores» del canal. En su discurso ante la ONU, el presidente Luis Abinader reiteró la disposición de su gobierno para retomar el diálogo con Haití, pero condicionó esta acción a la suspensión de la construcción del canal, que actualmente se encuentra en un avanzado estado de desarrollo, superando el 80%.
Abinader contextualizó que el río Dajabón nace en territorio dominicano y atraviesa 55 kilómetros antes de desembocar nuevamente en República Dominicana en la Bahía de Manzanillo. El presidente señaló que la obra en cuestión se encuentra en los dos kilómetros donde el río entra en territorio haitiano y afirmó que está respaldada por «una reducida élite económico-política» que busca beneficios a costa de pequeños productores locales.
El mandatario denunció que la construcción del canal nunca fue debatida con el Gobierno dominicano y que no se proporcionó información sobre su impacto ambiental, alcance y beneficios. También subrayó que, a pesar de la limitada información disponible, los análisis realizados por su gobierno indican que la obra amenaza el acceso al agua de cientos de familias agricultoras tanto dominicanas como haitianas aguas abajo de donde se lleva a cabo el canal.